viernes, 27 de enero de 2012

Bien y mal.

Llevo ya unos cuantos años trabajando/ sufriendo este nuestro mundo de los call center. Hay de tó, como en botica. Desde gente encantadora hasta hijos de la grandísima puta que matarían a su madre por quedar bien delante de su jefe, aunque éste sea un coordinadorcillo recién nombrado que ni pincha, ni corta ni ha consolidado siquiera el puesto. 
En cierta ocasión, trabajando para una empresa, decidieron enviarme cedida al servicio de atención al cliente de otra empresa cliente. Me dieron una formación de mierda de dos días (es lo habitual cuando eres un agente antiguo, te dan los papeles de la campaña y a lío) y me mandaron a las instalaciones de la empresa cliente. "No te preocupes de nada", me dijo mi supervisora en el call center "allí tienes a Fulanita, la supervisora del servicio, que es encantadora". Si, ya. Encantadora. De serpientes, no te jode. 
Cuando yo entré por la puerta y vi la cara de cabrona que tenía la tía, me dije "Ojito, Lola, que esta zorra te va a joder todo lo que pueda". Bingo. Si es que yo tengo poderes extrasensoriales. Si hubiera sido por la supervisora, yo me hubiera ido del servicio seis meses más tarde sin saber hacer la O con un canuto. Por suerte, como ya he dicho, también hay gente maravillosa. Di con varias compañeras divertidas, inteligentes y generosas, que me enseñaron todo lo que necesitaba y me solucionaron todas las dudas que tuve, porque conocían bien a la supervisora y sabían lo que había. Gracias, Miriam. Gracias Isa. Hicisteis mi paso por allí mucho más fácil y agradable. Y no sólo lo hicieron conmigo. Fue un placer trabajar con vosotras.

No hay comentarios:

Publicar un comentario