lunes, 27 de febrero de 2012

Crisis ¿qué crisis?

Mucha crisis, mucha crisis, pero hasta el más ecologista y concienciado quiere el último móvil que acaba de sacar la manzanita (o cualquier otra tontimarca). ¿Reciclar? eso es para los jipis. Y los que van de jipis (de jipipollas, más bien) peor todavía. En realidad la mayoría son ex-pijos con más tontería (¡y dinero!) que cuernos la pared del salón de Curro Romero, que van dando conferencias de ecología allá por donde van, cuando en realidad no saben de la misa la media. Son muy guays, muy cool, muy ecológicos y llevan ropa de segunda mano... comprada en Camden Town, Londres. Coño, en el Rastro también tienes trapos de segunda mano por un leuro, payo. Estos tontopollas te miran muy serios y te dicen (en su puesto del "mercadillo de artesanos" donde venden mierdas hechas a mano, eso si, por 20 lerus la más barata) que la gente no compra por la crisis. ¿Qué coño sabes tú de crisis, cabrón? Ni sabes lo que es, ni lo sabrás en tu puta vida. Que cuando se te acabe la pasta llamarás a papuchi para que te rellene la visa. No tienes ni idea de lo que es tumbarte en la cama y dar vueltas y vueltas, viendo como dan las dos, las tres, las cuatro... y tú no puedes pegar ojo porque no sabes qué vas a comer mañana. O peor: no sabes qué va a comer tu hijo mañana. Porque te han devuelto la letra de la hipoteca y no sabes de dónde vas a sacar el dinero para pagarla. Porque tu hijo necesita ropa y no puedes gastarte ni 3 euros en una camiseta de Primark o del mercadillo (con ese dinero compras pan,  huevos, y patatas, y es más urgente comer que llevar ropa que no esté rota, raída o sea de quinta mano). Porque has dejado de fumar, no por salud, sino por no tener dinero para comprar tabaco y vas por la calle detrás de los que fuman, aspirando el humo. Porque ha subido otra vez la puta gasolina y tú no puedes llenar el depósito pero tampoco puedes ir a trabajar en autobús o andando (está muy lejos, los autobuses no llegan, no hay transporte público en el horario en que tu empresa te ha obligado a ir... suma y sigue). Habría que cambiarte de lugar con mi amiga Carmela: con una hipoteca de 400 lerus, un sueldo que no llega a 1000 (y da gracias), un niño de 4 años y un marido en paro (y sin perspectiva ninguna de encontrar curro en los próximos dos quinquenios, me temo). Y con los 600 boniatos que le quedan paga agua, luz, gas, comunidad de vecinos, teléfono, transporte, comida, ropa para los tres...
Eso es crisis. Lo demás, pavadas.

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